El delirio se presenta tradicionalmente 
	como sinónimo de irracionalidad (falta de 
	fundamento, absurdo, error, caos), en tanto 
	que la razón, su opuesto especular, se 
	define por contraste mediante los atributos 
	de evidencia, capacidad de demostración, 
	orden y verdad. Con el tiempo, ambos 
	conceptos han llegado a complementarse. 
	Podemos hablar de una o más lógicas del 
	delirio entendiendo por tales ciertos modos 
	concretos -aunque anómalos- de articular 
	percepciones, imágenes, pensamientos, 
	creencias, afectos o humores según unos 
	principios particulares que no siguen los 
	criterios de argumentación y expresión 
	comunes a una determinada sociedad. El 
	descubrimiento o aclaración de esas 
	lógicas que dirigen la formación de los 
	delirios permitiría hallar la teoría que los 
	encuadra, iluminar y rescatar partes de la 
	existencia que nos parecen carentes de 
	sentido y favorecer indirectamente un nuevo 
	desembarco en tierra firme a quien se haya 
	subido a la  " nave de los locos "