La vida es plácida en Kamakura. Amigos y vecinos se acercan a la pequeña papelería de
	Hatoko, el negocio familiar que retomó hace un tiempo y donde continúa siendo escribiente.
	Entre los trazos de pincel de las cartas que le encargan, se cruzan los destinos más inesperados
	y conmovedores de sus clientes. Parece que todo sigue igual, pero Hatoko se ha casado y,
	junto a Mitsuro, que tiene una hija pequeña, aprende a ser madre dentro de una familia poco
	convencional. Enseña a la niña el arte de la caligrafía, tal como hizo su abuela, y comparte con
	ella recetas de todo tipo de dulces y platos tradicionales. De este modo, tejen juntas una
	relación única, capaz de crear un nuevo hogar donde sanar las heridas del pasado. A pesar de
	que Hatoko es una maestra en el delicado arte de escribir para los demás, tendrá el reto de
	escribir la carta más personal que ha hecho en su vida.